En Mendoza decir que alguien es rancio es tratarlo de amargo, aguafiestas o medio vinagre dentro del grupo. Es esa persona que siempre pone peros, nunca se copa del todo y corta el clima cuando todos están de buen humor. Como un vino que se quedó destapado demasiado tiempo y ya no levanta ni al más optimista.

"Che, el Nico está re rancio últimamente, todos armando asado con fernet y el loco cayó temprano, sin ganas y encima criticando la playlist."

En Caracas se usa para señalar a alguien que es fastidioso, amargado o con una vibra toda apagada que corta cualquier nota. También puede ser algo viejo o pasado de moda que ya no provoca para nada. Cuando dices que alguien está rancio es porque sabes que va a dañar el ambiente, y hay que admitir que la palabra le cae perfecta.

"Marico, la rumba estaba brutal hasta que llegó el jefe con esa cara rancia y mandó a bajar la música, nos mató el flow en dos segundos."

En Biobío decir que alguien está rancio es tratarlo de pesado, latero y medio amargado, como queso olvidado en el refri. Es esa persona que anda tirando mala onda, reclamando por todo y cortando el carrete. No es un insulto brutal, pero igual duele un poquito cuando te lo tiran a la cara.

"Oye, deja de ponerte rancio, compadre, si es solo un asado piola, tráete unas chelas y deja de alegar por el humo y la música fuerte."

En Nueva Esparta, 'rancio' se usa para describir a alguien que es un fastidio o malhumorado, el típico aguafiestas de la parranda.

"Chamo, no invites al pana Gustavo porque siempre anda rancio y nos apaga la fiesta con sus cuentos tristes."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!