En Madrid, pasta es dinero, así de simple. Se usa para decir que vas justo, que te falta para llegar a fin de mes o que alguien va forrado. No tiene nada que ver con macarrones, aunque a veces también te quedas sin pasta y sin cena. Muy de calle y cero formal.

"Quedaba en Malasaña, pero paso, que estoy sin pasta desde el finde y ni para el metro me llega."

En Lima, pasta no es para nada fideos, sino una forma coloquial de decir dinero, plata, billete. Se usa entre patas cuando hablan de deudas, chamba o planes que cuestan. Si andas sin pasta, mejor te quedas en casa viendo tele, porque en la calle todo se paga y nadie fía, por más carita de santo que pongas.

"Oe, causa, hoy no salgo ni a la esquina, ando sin nada de pasta, estoy más misio que universitario en fin de mes, invítate algo pues, no seas rata."

En el Cauca se usa pasta para hablar de dinero, sobre todo cuando andas corto o necesitas conseguirlo a la carrera. Es de esas palabras que suenan ligeras pero detrás suele haber bolsillo vacío y cara de preocupación. Eso sí, queda más fino decir pasta que admitir que estás más pelado que un hueso.

"Parce, ando sin un peso, toca ver cómo saco pasta hoy porque si no me quedo en la casa viendo repeticiones de novelas con mi mamá"

No, aquí no hablamos de fideos ni de lasañas. En San Juan, pasta es la plata, el billete, el cash que hace que todo se mueva en la isla. Es una forma bien coloquial de hablar de dinero, suena relajado y callejero. Y hay que admitir que queda mucho más sabroso decir pasta que decir dinero.

"Mano, si quieres janguear en Condado este finde, ve buscando pasta porque allí hasta el agua de la llave te la cobran carísima."

Forma coloquial de referirse al dinero, la lana, lo que traes en la cartera para sobrevivir la quincena. Se usa cuando hablas de pagar algo, de andar corto o de que alguien trae buena feria. Es una palabra muy común y versátil, y la neta nunca sobra, siempre falta un poquito más.

"No manches, ya se me acabó la pasta pagando la tanda y las cheves del finde, ahora a ver cómo sobrevivo hasta la próxima quincena, compa."

Manera castiza y sabrosa de referirse al dinero. Aunque no se come, te soluciona el menú del día.

"Este mes ando cortito de pasta, no me pidas que invite a tapas."

En Caldas, 'pasta' se usa para referirse al dinero, especialmente cuando está escaso. Es como ese amigo que todos quieren ver más seguido.

"Oye, parcero, présteme un poco de pasta, que ando liso hasta el próximo pago."

En el Huila, pasta no es solo lo que te comes con salsa, también es la forma relajada de hablar de la plata, del billete, de la luca. Se usa para decir que alguien tiene dinero o que anda corto de efectivo. Es de esas palabras que suenan sabroso, aunque la billetera esté más flaca que nunca.

"Parce, ando más pelado que hueso de caldo, toca ir a Neiva a ver si consigo pasta vendiendo tamales en la esquina del parque Santander."

En Chubut, pasta no es solo fideos con salsa, también es la guita, la plata que te salva a fin de mes o te deja mirando ofertas. Se usa para hablar de dinero en general, sobre todo cuando alguien anda con billetes de sobra. Y hay que admitir que suena más simpático decir pasta que decir estoy seco.

"Che, ¿cómo hizo el Juanca para comprarse esa camioneta 4x4? Para mí anda metido en algo raro, porque de golpe le sobra la pasta para todo."

En Bolivia, 'pasta' se refiere al dinero en efectivo. Cuanto más tengas, mejor te va.

"Si quieres llegar con estilo a esa fiesta, asegúrate de llevar harta pasta para no quedarte seco."

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