Palabra mágica de Corrientes para describir el arte del embellecimiento verbal. Se refiere a esas charlas adornadas y llenas de flores que, aunque no convenzan, entretienen.
"Anoche escuché tanto chamuyo sobre sus aventuras que hasta los peces se morían de risa en el río."
En Argentina, chamuyo es el verso, la labia y el cuento que te tiran para convencerte, levantarte o zafar de una situación. Puede ser chamuyo romántico, chamuyo de vendedor o chamuyo de amigo que llega tarde. No siempre es mala onda, pero suele tener un toque de humo. Y sí, a veces funciona demasiado bien.
"En el boliche me tiró un chamuyo bárbaro, que yo era su musa y no sé qué, y casi le creo hasta que pidió mi Instagram y se fue con otra."
En Uruguay chamuyo es el arte de hablar mucho y bonito para convencer, engatusar o directamente vender humo. Puede ser para levantar a alguien, para cerrar una venta dudosa o para zafar de un problema con pura labia. A veces es simpático y hasta se admira, pero todos sabemos que detrás suele haber más cuento que realidad.
"Bo, el Nico es puro chamuyo, te promete asado, birra y playa en Punta y después terminás comiendo pan con margarina en el patio de la casa de la abuela."