Estar apagado
Se usa para decir que alguien anda sin ánimo, sin chispa, como si le hubieran bajado el switch. Puede ser porque está triste, cansado o simplemente con cero ganas de socializar. Es como comparar a la persona con una luz que antes brillaba y ahora está medio muerta, y la verdad es que la imagen es bastante gráfica.
"Chamo, desde que terminaste con la jeva andas todo apagado, ni pa' la caña del viernes te animas, pareces bombillo quemado del metro."
Milagrito de Caracas
Se dice en Caracas cuando pasa algo rarísimo pero bueno, de esos mini milagros que en la ciudad se sienten como ganar la lotería. Vale para cosas cotidianas que por lo general salen mal o tarde, como que el bus llegue a la hora, haya agua todo el día o el internet no se caiga. Y sí, suele ir con risa y resignación.
"Chamo, hoy sí hubo agua todo el día y el Metro no se paró. Nojoda, eso fue un milagrito de Caracas, voy a comprarme un Kino."
Echarse una tanda
En Caracas se dice cuando te vas a pegar una dormida buena, normalmente una siesta larga y sabrosa, de esas que te dejan reiniciado. Se usa mucho después de comer o cuando la flojera te gana y decides desaparecer un rato. No es dormir por dormir, es echarte la tanda con ganas, sin culpa y sin prisa.
"Chamo, después de esa hallaca y el ponche me eché una tanda brava en el sofá y cuando desperté ya estaban recogiendo todo."
Estar picado
En Caracas se dice que alguien está picado cuando anda ardido, dolido o medio rabioso porque perdió o le salió algo mal. No es solo estar triste, es más bien ese pique orgulloso que hace que la persona se ponga a lanzar pullas, se quede callada con cara de culo o jure revancha. Y sí, a veces da risa verlo, aunque pique de vuelta.
"Desde que le gané en el FIFA, el pana anda todo picado, ni me responde los mensajes y dice que la consola estaba laggeada, qué loco."
Jalarse una empanada
En Caracas, jalarse algo es comérselo, casi siempre con ganas y sin mucha ceremonia. Se usa cuando te metes una empanada rápido porque andas con hambre o vas tarde, típico de la mañana con café en mano y el metro apretando. Suena callejero y cero fino, pero bien sabroso.
"No vale, pana, voy tarde. Me jalo una empanada de queso ahí en la esquina y salgo volando pa' la chamba, con el café quemándome la lengua."
Flor de pan
En Caracas se usa para hablar de alguien que por fuera parece un encanto, fino y delicado, pero por dentro es duro de tratar, complicado o medio amargado. Es como ver una flor preciosa clavada en un pan viejo y reseco. La expresión tiene su mala leche, pero también su toque de humor criollo que siempre se agradece.
"Chama, ese tipo es una flor de pan, todo sonrisas en la oficina y selfies pa’ Instagram, pero cuando le pides un favor se pone más duro que pan de ayer."
Se le fundió el bombillo
Dicho bien caraqueño para soltar que a alguien se le fue la luz, se le cruzaron los cables o está diciendo una locura. No es que tuvo una idea brillante, más bien todo lo contrario: como si el bombillo del cerebro se quemó y quedó pensando raro. Sirve para vacilar, regañar o quedar en plan: ¿y este qué?
"Luis dijo que iba a cruzar la autopista corriendo pa’ llegar más rápido y yo: a ese pana se le fundió el bombillo, ¿tú estás loco o qué?"
Meter la zancada
En Caracas se dice cuando alguien llega con ínfulas, haciendo una entrada bien llamativa, como para que todo el mundo lo mire. Es aparecerse con actitud de protagonista, ya sea por la pinta, el flow o el show que arma. No siempre es malo, pero suele sonar a que la persona quiere impresionar y robarse la escena.
"En la rumba de Carlos, Juan metió la zancada con un traje brillante y lentes oscuros, y de una todo el mundo volteó como si hubiera llegado un artista."
Partir el queso
En Caracas se dice cuando alguien se queda con la mejor parte de un trato, un negocio o un reparto, casi sin despeinarse. Es como “llevarse la tajada” o “salir ganando” mientras los demás quedan viendo un chispero. Suele llevar un puntico de envidia o admiración, porque el pana la hizo fácil.
"Chamo, en ese cambalache el tipo partió el queso durísimo: se llevó el mejor puesto, cobró primero y todavía salió diciendo que fue suerte."
Echarle pichón
Expresión muy caraqueña para decir que hay que meterle ganas a algo, ponerse serio y no aflojar hasta lograr lo que se quiere. Es como decir que hay que esforzarse a tope, con constancia y actitud, aunque el camino esté rudo. Suena graciosa, pero cuando te dicen que le eches pichón, es para que te pongas las pilas de verdad.
"Mira, si quieres montar ese emprendimiento de empanadas gourmet en Petare, vas a tener que echarle pichón, pararte temprano, aguantar el calorón y no rajarte cuando el proveedor se ponga ladilla."
Echarse una fiebre
Expresión muy caraqueña para decir que te vas a encuevar en tu casa y no vas a hacer nada productivo. Plan de cama, cobija, serie y cero calle, como si el mundo se estuviera cayendo allá afuera. Se usa cuando te da esa flojera sabrosa de desaparecer un rato. Y sí, es un arte.
"No me llamen pa' salir, hoy me voy a echar una fiebre en la casa con Netflix, cobija y un chocolate caliente, modo fantasma total."
Echarse un pozo
En Caracas se dice cuando te vas a pegar una siesta bien pesada, de esas que caes como piedra después de almorzar. No es una cabezadita de cinco minutos, es un descanso serio para recargar baterías y volver al mundo. Suena medio exagerado a propósito, y por eso tiene su gracia.
"Me metí dos arepas y un juguito, así que no me busquen, me voy a echar un pozo y vuelvo cuando reviva para la chamba."
Arreglar el peo
En Caracas se dice cuando hay un lío, un problema o un desastre que se salió de control y toca poner orden. Puede ser desde una metida de pata hasta un rollo grande con gente brava. Es como decir resolver el asunto y dejar todo fino, sin más drama. Y sí, suele venir con prisa y nervios.
"Chamo, se regó la cerveza en la sala y ya vienen mis viejos. Muévete, vamos a arreglar el peo antes de que se arme el zaperoco."
Estar frito
En Caracas se dice estar frito cuando estás metido en un lío feo, sin muchas opciones de salvarte, tipo cuando debes plata, el jefe está molesto y encima se va la luz. También puede significar estar reventado del cansancio, que ya no das más. Es una expresión muy gráfica, porque básicamente estás listo para el sartén.
"Chamo, si no cobro esta quincena estoy frito, debo alquiler, la tarjeta está full y hasta el perro me mira con cara de cobrador"
Tercera edad a la birubiru
Forma vacilona de decir que alguien ya está entradito en años, pero sigue con la energía de un chamo y no suelta la rumba ni a palo. Se usa para picar con cariño a ese pana que se cree de veinte, se lanza al perreo, trasnocha y al día siguiente igual aparece fresco. Tiene su gracia.
"Marico, tu tío anda en tercera edad a la birubiru: se fue pa' la rumba, perreó reggaetón hasta tarde y hoy llegó al trabajo como si nada, con cafecito y todo."
Todavía pica
Se usa cuando un tema, chisme o situación sigue dando de qué hablar aunque ya pasó hace rato. Es como decir que la cosa aún molesta, arde o genera salseo entre la gente. Muy de chisme sabroso de barrio, de esos que uno dice que ya murieron pero en verdad siguen vivitos y coleando.
"Creí que el rollo de María y su ex ya estaba enterrado, pero en la panadería todo el mundo sigue hablando de eso, ese chisme todavía pica durísimo en el edificio."
Arrejuntar
En Caracas se usa para decir que vas a juntar gente o cosas medio a la carrera, sin tanta planificación. Es como armar el plan con lo que haya, llamar a los panas y resolver. También puede ser simplemente reunir algo que estaba regado. Suena bien de calle y bien práctico, cero protocolo.
"Chamo, arrejunta a los panas que hoy caemos donde Ana, pero rápido, que ya prendieron la parrilla y nadie ha comprado las birras."
Echarle pierna
En Caracas se dice cuando toca apurarse y meterle ganas a algo, como acelerar el paso o ponerse a trabajar en serio para que la cosa salga. Es ese modo de no quedarse pegado y darle con todo, ya sea en la chamba, en un trámite o en la vida. Suena a calle y a urgencia, y funciona perfecto para motivar.
"Mira, si quieres llegar a tiempo y que no te dejen el puesto, échale pierna y ponte las pilas, que el Raúl ese es más vivo que el hambre."
Echarle un camión
Expresión muy caraqueña para decir que alguien se esforzó a lo bestia, metió full ganas y no se rindió ni a palos. Es como imaginarse a la persona empujando un camión cuesta arriba, sudando la gota gorda pero dándolo todo. Suena exagerado, pero justo por eso tiene su encanto y se usa bastante en el día a día.
"Marico, Ana le echó un camión con el emprendimiento, se paraba a las 5 am, repartía pedidos en el metro y todavía tenía ánimo pa' rumbear el viernes."
Cotufa
Así llaman en Caracas a las palomitas de maíz de toda la vida, las que te zampas en el cine o tirado en el sofá viendo cualquier cosa. Es una palabra muy caraqueña y cuando la dices ya huele a mantequilla y refresco gigante. Y hay que admitir que suena mucho más sabroso que decir palomitas.
"Pana, apaga esa olla que se están quemando las cotufas y yo no pienso ver esta peli chimba sin algo que masticar."
Echarle pichón
En Caracas decir echarle pichón es meterle ganas de verdad a algo, sin flojera ni excusas. Es esforzarse al máximo, ponerse serio con la vaina y no rendirse aunque todo esté en contra. Se usa para estudiar, trabajar, entrenar o hasta para levantar un negocio. Y hay que admitir que suena mucho más sabroso que decir simplemente esforzarse.
"Marico, si quieres montar ese emprendimiento de empanadas gourmet, tienes que echarle pichón, pararte temprano, aguantar calor y no rajarte cuando el gas se acabe a media mañana."
Sangronazo
Se dice de alguien que se pone tan fastidioso que te saca la piedra, convirtiéndose en un sangrón nivel dios.
"Ayer, chamo, Daniel estaba de un sangronazo tan intenso que hasta el Wi-Fi perdió la paciencia."
Guarandinga
En Caracas le dicen así a un carro o bus viejísimo y destartalado, de esos que suenan a lata y van echando humo como si fueran a explotar en cualquier momento. También se usa para cualquier cacharro con ruedas que apenas arranca. Da risa, da miedo y, aun así, te monta.
"Nos montamos en una guarandinga pa' subir a San Agustín y eso iba temblando, con la música a todo volumen y el chofer gritando: ¡agárrense que aquí no hay frenos!"
¡Epa, chamo!
Expresión súper versátil para saludar a alguien en plan bien informal y con todo el sabor caraqueño. Es como decir hola pero con más confianza, más calle y más cariño de barrio. Se usa entre panas, casi nunca en contextos formales, y la verdad es que tiene un flow que no se consigue en otros saludos.
"Iba llegando al metro todo trasnochado y cuando veo a mi pana del liceo le suelto: ¡Epa, chamo! ¿Qué más, cómo está la vaina, todavía sigues llegando tarde a todo?"
Faltar gallina
Se dice cuando algo está bien, pero se queda a medias o le falta ese remate que lo hace redondo. Es como cuando armaste el plan, la comida o el evento, pero faltó lo principal, el toque final, la chispa. En Caracas suena muy de calle y sirve para quejarse sin ponerse intenso.
"La rumba estuvo fina, pero faltó gallina: pusieron puro reguetón y ni una de salsa pa' cerrar con broche, ¿qué es eso, vale?"
Piche
En Caracas decir que alguien es piche es llamarlo tacaño, agarrado, que no suelta un billete ni aunque le pique la mano. Es esa persona que siempre se hace el loco cuando toca poner para la vaca o pagar la ronda. No es el insulto más grave del mundo, pero sí deja claro que el pana es bien amarrado.
"Chamo, ese pana es más piche que agua de zamuros, se comió media pizza, se bajó dos birras y salió con que dejó la billetera en la casa."
Tribu
En Caracas, decir mi tribu es hablar de tu combo de panas, la gente con la que te la pasas pegado: salen juntos, se cubren las espaldas y se lanzan a cualquier plan, desde una rumba hasta una vuelta improvisada. No es nada ancestral ni místico, es puro sentido de pertenencia. Y sí, suena bien bonito cuando lo dices.
"Me fui con mi tribu pa' La Guaira y entre música, birras y chistes malos terminamos armando un sancocho brutal. Los panas no fallan."
Estar oscuro
En Caracas se dice que alguien está oscuro cuando no entiende nada de lo que pasa, está perdidísimo o no capta la idea ni con dibujitos. Es como andar sin linterna en un túnel, cero claridad mental. Se usa mucho para vacilar a panas que están colgados en clase o en una conversación. Y hay que admitir que la imagen es bastante gráfica.
"Chamo, el profe explicó tres veces la vaina y tú sigues más oscuro que túnel del metro sin luz, mejor copia del cuaderno de la chama aplicada del salón."
Está como una montaña rusa
Se dice de alguien que anda con cambios de humor brutales, tipo sube y baja emocional: un minuto está fino y al siguiente explota. Sirve para hablar de días intensos, de gente impredecible o de relaciones con drama. No es la frase más “de diccionario”, pero en Caracas se entiende perfecto y pinta la escena clarita.
"Coño, Marisela está como una montaña rusa: hace nada estaba riéndose contigo y ahorita se arrechó por una vaina mínima."
Esburrao
En Caracas se dice esburrao cuando alguien está súper distraído, ido, como en su propio mundo y no se entera de nada. Es ese pana que le hablas y se queda viendo pa'l techo, con la mente en Saturno. No es insulto grave, es más como chalequeo cariñoso. Y hay que admitir que suena demasiado sabroso.
"Chamo, estás esburrao hoy, casi te montas en el autobús equivocado y saludaste a un maniquí pensando que era tu tía."
Pana
En Caracas decirle a alguien pana es como declararlo miembro oficial de tu combo de confianza. Es más que amigo, es casi hermano de batalla, el que está en las buenas, en las malas y en las que dan risa después. Suena cercano, callejero y con cariño, y hay que admitir que tiene un flow bastante sabroso.
"Ese pana siempre me salva cuando se me queda el carro tirado en la autopista, llega, me echa una mano y de paso se cae a cuentos y chisme sabroso mientras arreglamos el desastre."
Desguabinarse
Voz bien caraqueña para cuando quedas molido, reventado, sin batería después de darle durísimo a algo físico o mental. Es como decir que el cuerpo se te desarma del cansancio y ya no das para más. Suena gracioso, pero cuando te desguabinas de verdad lo único que quieres es cama y silencio absoluto.
"Hermano, me puse a ayudar a mi tía a mover muebles, subir cajas y limpiar el balcón, y quedé tan desguabináo que ni fuerzas tengo pa' servirme un cafecito."
Echarse el cuento
En Caracas se dice cuando quedas con alguien para sentarte a hablar largo y tendido, ponerte al día y soltar el chisme con calma. Es ese plan de cafecito donde salen cuentos, detalles jugosos y hasta la novela completa de lo que pasó. No es “contar un cuento” literal, es ponerse al día sabroso.
"Dale pues, nos vemos en la panadería y nos echamos el cuento un rato, que necesito el chisme completo de la rumba y del ex que apareció de la nada."
Cachicamo
En Caracas le dicen cachicamo a la persona que es lenta, medio dormida o que reacciona tarde a todo, igualito al animal que parece vivir en cámara lenta. También se usa para el que se hace el loco y no agarra las indirectas. Es medio burla cariñosa, pero si te lo repiten mucho, capaz sí tienes que espabilar.
"Chamo, apúrate con ese informe, que el jefe ya está ladillado y tú sigues ahí todo cachicamo viendo memes en vez de trabajar."
Echar vaina
En Caracas se usa para decir que estás fastidiando, vacilando o echando broma a alguien, casi siempre entre panas y sin mala intención. Es ese “te estoy jodiendo” cariñoso que viene con risas y confianza. Si te lo dicen en serio, se nota por el tono, pero normalmente es puro chalequeo.
"Chamo, deja de echarme vaina que me hiciste reír y casi escupo la sopa, ¿vas a pagar la limpieza o qué?"
quedarse pegado
Se usa cuando alguien se queda como en pausa, embobado o súper distraído, ya sea pensando en sus cosas o clavado mirando algo. Es ese momento en que te hablan y tú ni registras porque estás pegado a la pantalla, a una idea o al chisme. Muy caraqueño y demasiado real, sobre todo con el celular.
"Marico, te llamé tres veces y nada. Estabas quedao pegado viendo Reels y se te quemaron las arepas, qué nivel."
Chimbo
En Caracas chimbo se usa para decir que algo es malo, aburrido, de mala calidad o que simplemente no dio la talla. Puede ser un plan, un concierto, una película o hasta un regalo. Es como decir que fue una decepción total. Y sí, suena suavecito, pero cuando te lo sueltan, duele un poquito.
"Pana, me arreglé todo pa' esa rumba y estuvo tan chimbo que a las doce ya estaba en mi casa viendo novelas con mi mamá."
Chamito
Palabra muy caraqueña y venezolana para referirse de forma cariñosa a un niño, chaval o adolescente. Puede sonar tierno o medio vacilón según el tono, pero casi siempre lleva cariño detrás. Es de esas palabras que te delatan de dónde eres y que, bien usada, suena cercana y con bastante sabor de barrio.
"Ese chamito del edificio se la pasa jugando fútbol en la calle y ya dice que va a ser más famoso que Messi, pero ni aguanta diez minutos bajo el sol de Catia."