Hacer la cola
En Venezuela se usa para decir que te toca ponerte en una fila, normalmente larguísima, para comprar algo, hacer un trámite o agarrar un cupo. Suele implicar paciencia, calor, madrugón y ese ambiente de gente echando cuento mientras espera. Vamos, el deporte nacional cuando hay escasez.
"Me paré a las 4 y ya había media cuadra, pana. Me tocó hacer la cola pa' ver si agarraba harina y al final salí con un refresco y pura rabia."
Arrochinado
Se le dice a alguien que está tirado, súper relajado y sin ganas de moverse, como si se hubiera quedado pegado al sofá. Es ese modo flojera total en el que ya ni te paras por agua. Muy de panas para vacilar al que está echando barriga y no colabora ni un poquito.
"Chamo, deja la flojera: estás arrochinado en el sillón desde ayer y ni pa' buscar el control te paras."
Repartir leña
Se dice cuando alguien se pone a soltar regaños, críticas o insultos sin filtro, como si estuviera dando palos a diestra y siniestra. Vamos, que la persona está brava y no perdona a nadie. En La Guaira se oye mucho para describir una bronca intensa, de esas que te dejan calladito y mirando al piso.
"Me agarró la cola y llegué tardísimo, y mi mamá se puso a repartir leña en la sala, que hasta el vecino bajó el volumen."
Porción
En La Guaira, decir que te tocó tu porción es hablar de la parte que te corresponde de algo, casi siempre plata, premio o ganancia. Es como decir mi tajada o mi cuota, pero con sabor costeño. Se suelta mucho después de una vaca, una rifa o una partida de dominó bien peleada. Si la porción es buena, andas bendecido.
"Chamo, cobraron la rifa y ya me dieron mi porción. Hoy invito las empanadas en el malecón, pero no se me alboroten que tampoco es millonada."
Rubia de calamina
Dicho guaireño para llamar a alguien o a algo que se ve fino por fuera, pero es pura pantalla. Es la típica persona que presume de rial, de carro del año o de contactos, y al final todo es cuento. Lo de “calamina” va por el metal baratón que se oxida y se pela, como el show.
"El pana llegó diciendo que vive en un penthouse en Macuto y ni pa' la gasolina tiene. Pura rubia de calamina, chamo."
Pegarse el culebrón
Se dice cuando alguien se queda pegado a un drama ajeno, mirando, escuchando y metiendo cucharita como si fuera un capítulo de novela. No es que le pase a uno, es que se lo disfruta de espectador, bien pendiente del chisme y del zafarrancho. Vamos, el que no se despega ni aunque lo llamen.
"Carlos y María se prendieron en la orilla y la mitad de la playa se pegó el culebrón, con cotufas imaginarias y todo, comentando bajito: epa, esto se puso bueno."
Tirar pétalos
Se dice cuando alguien se pone a coquetear o a echarle flores a otra persona con halagos bien melosos, como si estuviera regando el camino de cumplidos. En La Guaira lo sueltan mucho cuando alguien anda en modo conquistador, hablando bonito y tirando labia sin pena. A veces funciona, a veces da pena ajena, pero intento no juzgar.
"Miguel llegó con su flow y se la pasó toda la rumba tirándole pétalos a Julia, que si “reina”, que si “bella”, y la chama ya estaba sonriendo."
¡Deja el cañón!
Se suelta cuando alguien está dando la lata con ruido, bulla o una habladera que no lleva a ningún lado. Es como decirle: ya, bájale dos, deja el show y no sigas fastidiando. Muy de La Guaira, con ese tono de calle que corta el fastidio en seco. Y sí, suele ir con su buen “chamo” al final.
"Llevas media hora con el mismo cuento y con la música a todo volumen. Deja el cañón, chamo, que aquí nadie está pa' ese escándalo."
Echarse una tienda
En La Guaira se dice cuando te tiras una siesta improvisada donde caiga, sin cama ni nada, solo porque el cuerpo lo pide. Suele ser después de comer, en la playa, en una hamaca o hasta en una silla plástica. Es como decir me apagué un rato y volví a la vida. Y sí, a veces roncas sabroso.
"Chamo, después del asado en la playa me eché una tienda bajo el cocotero y cuando abrí los ojos ya era casi de noche, con la arena pegada y todo."
pana de por vida
Se dice de ese amigo que no es solo pana, sino pana nivel familia, el que se queda contigo en las buenas, en las malas y en las peores. En La Guaira, “pana” es confianza pura: el que te cubre la espalda, te presta, te aconseja y no te deja morir. Lealtad con sabor a costa.
"Se fue la luz, se dañó el plan y el chamo igual cayó con hielo y una corneta. Ese sí es pana de por vida, mi hermano."
Pared de culos
Dicho playero para cuando un grupo se sienta en fila, bien pegadito, y desde atrás lo que se ve es una alineación de traseros tomando sol. Se usa en plan chiste, como para describir la escena y vacilar a los panas. No es fino, pero en la playa de La Guaira suena bastante natural.
"Nos fuimos pa’ la orilla con las sillas y en dos minutos ya teníamos la pared de culos armada, puro pana en fila y el sol dándole sin piedad."
Sudar la gota gorda
Se dice cuando te toca esforzarte un montón y acabas sudando a chorros, ya sea por el calor, por currar duro o por las dos cosas a la vez. Es como decir que la estás pasando fuerte y el cuerpo lo está firmando con sudor. En la costa pega especialmente, porque el sol no perdona.
"Me fui a la playa en La Guaira y, entre el solazo y la caminata con la cava, sudé la gota gorda como si me estuvieran cobrando por respirar."
Macundales
Se dice de los corotos, bultos o cachivaches que alguien carga encima, normalmente más de la cuenta. Vamos, todo el reguero de cosas que llevas en la mochila, en bolsas o en la mano, como si fueras de mudanza. Es muy de la costa venezolana y suena sabroso, aunque a veces da pena ver tanto peso.
"Juanito cayó a la playa con todos sus macundales: neverita, toalla, parlante y hasta una olla. Parecía que iba a acampar una semana, no a darse un chapuzón."
Turbineo
Se dice cuando alguien anda aceleradísimo, hablando o moviéndose tan rápido que no se le entiende ni papa. Es como si tuviera una turbina prendida y estuviera en modo apuro permanente. Sirve para vacilar al que llega alborotado, o para quejarse de ese ritmo loco que no deja ni respirar.
"Marico, ese pana llegó con un turbineo que no le entendí nada, hablaba, caminaba y gesticulaba a la vez, parecía una licuadora con patas en plena autopista."
rumba de abejas
Se dice cuando hay un gentío alborotado en una fiesta, todo el mundo pegado, hablando duro, bailando y armando bulla, como un panal en hora pico. No es que haya abejas de verdad, es la vibra de zumbido colectivo. Muy de La Guaira para describir una rumba prendida y medio descontrolada.
"Nos fuimos pa' Catia La Mar y se armó una rumba de abejas en la arena, con música a todo volumen, panas bailando y hasta el vecino metido con la cava."
Vente pa'l ruedo
Se dice para invitar a alguien a sumarse al plan, casi siempre improvisado, con rumba, calle y cero formalidades. Es como decir ven pa' acá y métete en el movimiento, que esto se prendió. En La Guaira suena a puerto, panas y amanecer asegurado si te dejas llevar. Y sí, suele acabar tarde.
"Epa, deja la ladilla y suelta ese sofá, vente pa'l ruedo que en el puerto se armó la rumba y después terminamos comiendo empanadas a las cinco."
¡Esto es un circo!
Se suelta cuando una situación es un caos total, todo el mundo improvisa y nadie tiene el control. Es como decir que aquello parece un show mal montado, con gritos, enredos y cero organización. Muy de soltarlo cuando algo se desmadra y ya solo queda mirar y decir: bueno, qué circo.
"Chamo, en la reunión nadie llevó nada, el proyector no prendía y el jefe preguntando por el WiFi. Esto es un circo, vale, vámonos por unas empanadas."
Arrecho
En La Guaira, decir que alguien está arrecho suele ser que está bravísimo, picado y con una arrechera encima de campeonato. No va de sexo, va de enojo puro y duro, de estar a punto de explotar por cualquier vaina. Ojo, porque en otros sitios cambia el sentido y te puedes meter en un lío sin querer.
"No le hables a Pedro ahorita, está arrecho porque el viento le voló la sombrilla y se le llenó la cava de arena."
Estar mamado
En La Guaira y en buena parte de Venezuela, estar mamado suele ser estar borracho o bien pasado de tragos, de esos que ya hablan raro y se les va la vida. Según el contexto también puede sonar a estar harto o cansado, pero lo más típico es lo del alcohol. Es vulgarcillo, pero bastante común.
"Chamo, llegaste a la casa cantando salsa a grito pelao y abrazando al perro, no te hagas el loco: estás mamado y mañana ni te vas a acordar."
Pico y pala
En La Guaira se dice cuando alguien está metiéndole trabajo duro y constante a algo, como si estuviera cavando con pico y pala. Muy usado para hablar de conquistar a alguien: insistir, caerle, buscar la vuelta y no rendirse. Vamos, que estás en modo obrero del amor, sudando la gota gorda a ver si cae el beso.
"Nada, chamo, ese pana tiene semanas pico y pala con Macarena, llevándola y trayéndola, y la jeva ni le suelta un besito todavía."
Se juyó
Dicho bien guaireño para soltar que alguien se fue volando, se largó de golpe o se escapó rapidito, normalmente para evitar un peo o porque le dio la gana. Es como decir que desapareció en un segundo, sin despedirse ni mirar atrás. Suena gracioso y bien de calle, de esos que pintan la escena completica.
"Apenas el profe dijo: examen sorpresa, el pana se juyó pa' la puerta como si lo persiguiera la policía. Yo me quedé tieso con el lápiz en la mano, tragando seco."
Estar seco
Se dice cuando estás sin un duro, pelando bolas y contando las monedas para el pasaje. Es la forma rápida de avisar que no hay presupuesto para salir, invitar ni inventar. Muy de calle y bien útil para cortar planes sin dar tanta vuelta. Y sí, suena triste, pero da risa de lo real que es.
"Chamo, hoy no voy pa' la playa ni loco, estoy seco, apenas me alcanza pa' la camionetica y un refresco."
Carro e' perro
Se dice de un carro viejísimo, destartalado y medio peligroso, de esos que suenan a lata, botan humo y te dejan botado cuando les da la gana. Es como llamar al carro una chatarra con ruedas, pero con sabor guaireño. Si te montas, vas rezando y mirando el taller más cercano.
"Chamo, ese carro e' perro no sube ni la cuesta del barrio, va tosiendo y echando humo. A la mitad se le salió un caucho y el pana juraba que era normal."